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miércoles, febrero 08, 2006

Fragmento de una entrevista a Martin Amis

(Entrevista publicada hace más de cinco meses)

-¿Por qué cree que la crisis de la masculinidad es una de las claves para entender el fundamentalismo islámico?

-Los hombres somos muy sugestionables y estamos hablando de sociedades donde al hombre se lo trata como a un semidiós, mientras que las mujeres no cuentan y son analfabetas. Al crecer, vemos a nuestras hermanas, a las madres y a las abuelas, y sólo por ser hombres es inevitable sentir que se ha recibido algún tipo de gracia divina. Ahora, estos mismos hombres después miran alrededor y esa potencia que sienten en sí mismos no la ven traducida en la realidad política, en sus países débiles y corruptos, que son una ofensa a la idea de justicia universal del islam. Y eso es una gran humillación. En Occidente no entendemos la humillación como la siente esta gente tan oprimida. Es algo aguado, en comparación. El fundamentalismo islámico se entiende, de alguna manera, por esta tensión entre el sentimiento de omnipotencia de los hombres y la inhabilidad de transformarlo en poder político. Es una reacción a siglos de hombres humillados. Ya tras perder la Alhambra, quedó la célebre frase de la madre del sultán, que le dijo: "No llores como mujer por lo que no supiste defender como hombre".


-¿Fue muy distinto escribir sobre la masculinidad y el fundamentalismo islámico que escribir sobre la masculinidad en las sociedades urbanas occidentales, su tema habitual?

-No hubo una diferencia cualitativa, pero sí de grado. Es un tipo de masculinidad que yo nunca había visto en mi vida, su versión más extrema. La masculinidad siempre ha sido mi tema y la he explorado en otros cultos a la muerte, como el nazismo o el comunismo bolchevique, pero nunca vi algo tan radical en el sentido de que no hubiera más objetivo que la guerra. Por supuesto que estamos hablando de la versión más extrema del islam, que sólo usa la religión como un pretexto y como arsenal. Dejemos bien claro que el islam tiene un ideal mucho más noble, con el cual esta gente no está conectada.


-¿Qué pasos le parecería fundamental dar para encaminar la situación?

-Aliviar la pobreza y el desempleo en estos países sería muy importante. Sin embargo, entre los fundamentalistas militantes se ha llegado a un punto en que la mezcla de soberbia, odio y lástima hacia sí mismos los lleva a actuar independientemente de los hechos de la realidad. Pero también creo que la sangre y el dinero invertidos en la guerra de Irak hubiese sido mejor usado en las mentes y los corazones de las mujeres de la sociedad islámica, que es donde veo que puede haber una esperanza de cambio.

Amis decía entonces que era la primera vez que temía por las consecuencias de publicar un libro. Supongo que ahora estará más asustado todavía.

¡Qué verguenza!